



Llevado inclinado, colocado con firmeza, siempre en su medida - el PorkPie no es un accesorio. Es un tempo.
No sigue la moda. Sigue el instinto.
El del músico, del autor, del intérprete. De aquellos para quienes cada gesto, cada silencio, cada matiz cuenta.
Corto, redondo, estructurado. No exagera - simplemente juega.
Es un sombrero con carácter, pero sin estridencias.
El PorkPie es la seguridad tranquila de aquellos que ya no necesitan demostrar.
Nunca aplasta. Esculpe.
Y sobre todo: atrae la mirada sin buscarlo.
Con su copa baja y su ala corta, se adapta bien al rostro fino, evitando alargar aún más los rasgos del rostro.
Su parte superior plana y su perfil rectangular contrarrestan bien con un rostro redondo, que prefiere llevarlo más hacia la parte trasera de la cabeza
En cambio, para un rostro con rasgos angulosos, con una mandíbula cuadrada, un sombrero Player, más redondo, será más adecuado, manteniendo un ala corta y el espíritu jazzy del PorkPie.
Un jean crudo, una camisa blanca, un par de botas.
Y el PorkPie colocado allí, como una nota final perfectamente sostenida.
O bien un chaleco negro, un cuello abierto, una mirada que sabe. El sombrero hace el enlace entre el atuendo y la actitud.
Es el contrapunto de la elegancia. Una puntuación visual.
El PorkPie no grita. Sugiere.
Pertenece a aquellos que han encontrado su voz. Y su camino.
No hay necesidad de hacer más cuando estás en la medida correcta.
Para nosotros, el PorkPie es más que un modelo: es una declaración de independencia.
Se dirige a los espíritus libres, a aquellos que cultivan el arte del porte como se afina un instrumento — con precisión, con alma.
Llevar un PorkPie no es seguir un estilo.
Es afirmar el propio.
En nuestra colección, el PorkPie se presenta en materiales elegidos por su resistencia, su textura y su función. Fieltros de lana afieltrada, cuero suave o tela técnica repelente al agua: cada modelo está pensado para conjugar estética y uso. Ya sea un sombrero de cuero para enfrentar la ciudad, o un modelo de exterior resistente a las inclemencias, sabe adaptarse sin nunca renegar su naturaleza elegante.
Algunos modelos están diseñados para enfrentar el frío, otros juegan la carta veraniega con ligereza. A través de todas estas variaciones, el diseño permanece preciso, depurado, como una línea clara en el universo del sombrero. Más urbano que un sombrero Bombín, más afirmado que una gorra Baseball, encarna una forma de distinción asumida, pero siempre medida.
Más allá de las modas, el sombrero PorkPie sigue siendo una firma. Se dirige a aquellos que buscan una pieza fuerte sin excesos, un toque final que se nota sin gritar. Una elección segura para los amantes del estilo, de los materiales nobles y de los objetos bien diseñados.
En el universo aterciopelado del sombrero, ocupa un lugar aparte: menos convencional que un fedora, más sofisticado que una boina, el PorkPie traza su camino entre elegancia y singularidad. Una apariencia que se lleva en alto, a pesar de su copa baja.