








Llevada ligeramente hacia atrás para un toque retro, inclinada a la izquierda para un acento parisino, o centrada para un aire moderno, la boina se adapta a todos los deseos. Se elige abultada o ajustada, según el efecto buscado. Se convierte en cómplice de un abrigo estructurado como de una gabardina fluida, o incluso de una silueta andrógina a placer. Ahí reside su fuerza: en su versatilidad estilística. Una cualidad que también encontramos en nuestros modelos de invierno, pensados para enfrentar las inclemencias con gracia y carácter.
En Bon Clic Bon Genre, cada modelo es seleccionado con exigencia. Priorizamos los talleres reconocidos por su saber hacer, los materiales nobles y los acabados impecables. Ya sea una boina minimalista o un modelo ricamente trabajado, cada pieza responde a una misma intención: hacer del estilo una extensión natural de la personalidad.
La boina mujer nunca es del todo la misma, y ahí reside todo su encanto. A veces redonda, a veces angulosa, navega con soltura entre la suavidad asumida y la rigurosidad gráfica. Ya sea que adopte la forma de una Boina Vasca tradicional o de una Gavroche de volumen generoso, encarna una elegancia en movimiento, nunca estática. Más que un simple accesorio, firma una silueta, puntúa el porte, según la inclinación elegida, el material seleccionado o la temporada atravesada.
En nuestra colección, la boina se permite todas las variaciones: lana merino, cachemira, franela o terciopelo acanalado – cada pieza está pensada para el confort térmico, la belleza del gesto y la durabilidad. Porque si algunas la prefieren flexible y oversize, otras la prefieren estructurada, casi geométrica. Este juego de volúmenes se inspira tanto en los iconos del vestuario femenino como en las piezas concebidas antaño para los hombres. Así, algunos modelos retoman los códigos de las gorras masculinas, reinterpretándolos en colores sutiles o acabados de alta costura. Al igual que una gorra mujer con visera corta o una boina-gorra, el estilo se expresa en el detalle, sin nunca forzar el trazo.