




Símbolo de elegancia estival, el Sombrero panama conjuga ligereza, refinamiento y frescura natural. Su porte cómodo y su apariencia, a la vez desenfadada y noble, lo convierten en el aliado imprescindible de los días soleados, tanto para hombres como para mujeres.
Pero detrás de su nombre evocador se esconden también muchas imprecisiones: muchos modelos llamados "Panama" solo tienen el nombre. Solo los sombreros tejidos a mano en Ecuador, a partir de la fibra de toquilla, merecen realmente esta denominación protegida.
Al elegir un sombrero auténtico, se elige mucho más que un simple accesorio: se abraza una herencia artesanal, una elegancia natural y un saber hacer ancestral, reconocido en el patrimonio inmaterial de la UNESCO.
Cada Sombrero panama es el fruto de un tejido manual, realizado según técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación. Esta artesanía de excepción se sitúa exclusivamente alrededor de las ciudades de Cuenca y Montecristi.
Su calidad se mide por la regularidad del tejido, su finura y la flexibilidad del sombrero obtenido. El tejido se realiza en roseta desde el centro de la copa (el "soul"), con una gran precisión artesanal. Se reconocen los modelos auténticos por esta roseta que marca el inicio del tejido en la parte superior de la copa. Esta técnica permite un resultado extremadamente flexible, fino y homogéneo.
Montecristi
Alta gama, lujo, saber hacer excepcional, ideal para los amantes de piezas de excepción o a medida. El acabado es generalmente más cuidado, con días e incluso semanas de trabajo.
Cuenca
Buena relación calidad/precio, perfecto para usos cotidianos, sin dejar de ser un verdadero panama.
Atención a las confusiones
Incluso un sombrero de Cuenca puede ser de muy buena calidad si está bien realizado y si el tejido es fino y de calidad. Por el contrario, no todos los sombreros etiquetados "Montecristi" son necesariamente de una calidad excepcional, todo depende del grado real.
Los sombreros se tejen a partir de la paja de toquilla, proveniente de la planta Carludovica Palmata. Esta planta crece exclusivamente en ciertas regiones de Ecuador, y solo los brotes más tiernos se utilizan para obtener una fibra flexible, resistente y naturalmente clara.
La calidad del sombrero depende de la selección de las fibras, su tratamiento, el tiempo de secado y el cuidado en cada etapa. Solo las mejores cosechas, fruto de una rigurosa selección, permiten obtener los Panamas más finos y duraderos, esos modelos raros que atraviesan las estaciones con gracia.
Los conos tejidos sirven luego de base y pueden moldearse en una multitud de formas, que se adaptan a todas las siluetas y a todos los usos: el Sombrero Fedora, con ala media ligeramente inclinada; el Sombrero Cubano (o trilby), más corto y discreto; o la Pamela, con su amplio ala flotante de encanto decididamente femenino.
Ya sea que se busque un Panama hombre para acompañar un traje ligero, o un sombrero Panama mujer para realzar un vestido de verano, sigue siendo un valor seguro del sombrero de verano, a la vez protector y elegante.
Curiosamente, el sombrero no proviene de Panamá, sino de Ecuador. Su nombre proviene de la época de la construcción del canal de Panamá, donde muchos obreros y viajeros, incluido el presidente estadounidense Theodore Roosevelt, llevaban este sombrero para protegerse del sol. La imagen dejó una impresión tan fuerte que el nombre "Panama" perduró, eclipsando su verdadero origen ecuatoriano.
Hoy en día, este sombrero tejido a mano encarna una cierta idea de la elegancia atemporal. Ya sea que se lleve en la playa, en una terraza o en una boda de verano, conserva esa aura de ligereza distinguida que lo convierte en un imprescindible del sombrero de paja.